Otro año más, reivindicamos la lucha que conmemora los altercados del pub de Stonewall del año 1969, y todas las luchas diarias para que las personas LGTBI vivamos libres de violencia y criminalización.
A pesar de todos los avances conseguidos, un alto porcentaje de las las personas LGTBI ocultan total o parcialmente su orientación sexual, su identidad de género o su realidad familiar en el ámbito laboral por miedo a la discriminación, a la pérdida de oportunidades e incluso a la pérdida de empleo. No hay que olvidar que la violencia hacia el colectivo LGTBI es sustento de la alianza del capitalismo y el patriarcado, al cuestionar la división sexual del trabajo y la familia nuclear monógama y heterosexual, que sirve de base para la reproducción de la mano de obra funcional que será explotada tanto por el patriarcado como por el capitalismo.
Violencia no solo son las agresiones verbales o físicas. Esta se alimenta de la desigualdad estructural y material que sufre el colectivo y que conlleva en muchos casos una exclusión social, laboral y económica, siendo uno de los ejemplos más visibles el colectivo trans. Una gran mayoría sufre paro, ostracismo social, violencia, prostitución, una esperanza de vida que en muchos países no llega a los 40 años, patologización y una altísima tasa de intentos de suicidio.
En este sentido, señalamos el paternalismo y el falso apoyo de sectores que, aparentando ser favorables as derechos, se oponen a reformas para que, como en el caso de las personas trans, se las deje de tratar como enfermas mentales, obligándolas a hormonarse forzosamente para poder desarrollar su propia vida. La criminalización, hostigamiento e instrumentalización de los derechos de las personas trans con tal de mantener la hegemonía dentro del movimiento feminista ha generado grietas que será necesario reparar con las luchas diarias y el enemigo común de la violencia patriarcal que afecta tanto al colectivo LGTBI como al feminismo.
Nuestro país tiene una deuda con las personas LGTBI. Por fin y gracias a la lucha del movimiento y a la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno, estamos más cerca de tener una ley para que las personas trans dejen de ser consideras enfermas en España, las mujeres lesbianas puedan formar su familia en igualdad y sean prohibirán las terapias de conversión, tras la aprobación por el Consejo de Ministros del Proyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.
La lucha por nuestros derechos forma parte integral de la lucha contra el sistema patriarcal y apela directamente a la cuestión laboral, educativa, de salud, etc. Nuestra experiencia se ve oprimida por varios ejes como la clase, el origen/etnia, la orientación sexual. Profundizar sobre las diferentes formas de opresión y visibilizar las distintas realidades no solo enriquece el análisis y la estrategia de lucha sino que es un elemento indispensable para la emancipación de todas las personas.
El PCE estará presente y participará en las manifestaciones convocadas para celebrar el orgullo 2022, para celebrar los avances conseguidos y para seguir reivindicando que los Derechos Humanos y las libertades requieren leyes que las garanticen. Por eso: conciencia y orgullo para seguir avanzado en derechos. Seguiremos luchando y manifestándonos en las calles.