Ante la grave situación que se está viviendo en Cataluña, el Partido Comunista de España manifiesta:
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El conflicto tiene su inicio en la irresponsable judicialización del encaje de Cataluña en España por la presentación por el PP del recurso de inconstitucionalidad contra al Estatut aprobado por el Parlament y negociado con el Gobierno, aprobado por el Congreso de los Diputados y refrendado por el pueblo catalán.
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La sentencia del Constitucional sobre el Estatut inició la dinámica de confrontación y enfrentamiento político y social que continúa hasta hoy, estimulada por las derechas nacionalistas catalana y española para ganar votos y mantenerse en el gobierno.
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Con estos antecedentes, la sentencia del Procés solo ha servido para agudizar al máximo esta confrontación, tal y como ya hemos advertido desde la judicialización del problema política existente en Cataluña.
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Denunciamos la irresponsabilidad de las autodenominadas fuerzas “constitucionalistas” por impulsar medidas judiciales o represivas que solo sirven para incrementar el conflicto y que impiden generar un clima de tranquilidad que permita impulsar una solución política y negociada. También actúan de forma irresponsables las fuerzas independentistas que vienen promoviendo salidas unilaterales de imposible realización. La frustración por estas promesas incumplidas está propiciando disturbios tal y como se están viendo estos días en las calles y plazas de Cataluña al concluir legitimas y multitudinarias manifestaciones pacíficas.
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El PCE y el PSUC hemos venido denunciando desde el principio que el conflicto identitario ocultaba los graves efectos provocados por la crisis económica que han padecido fundamentalmente la clase obrera y las capas populares catalanas, permitiendo a la derecha, tanto la catalana como la española, aplicar las políticas neoliberales de reformas y recortes con menor protesta social.
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El PCE vuelve a plantear que un problema político qué lleva años enquistado no puede tener otra salida que el acuerdo negociado, consensuado y refrendado por el pueblo catalán. Por ello, la actual situación de confrontación sin perspectiva de solución tiene que terminar de manera que se respete el derecho de manifestación pacífica y de expresión de una parte considerable del pueblo de Cataluña y desaparezcan las actuaciones desestabilizadoras, a la vez que debe imponerse una respuesta política democrática que abra la puerta al diálogo y a la negociación. Nada de ello será posible si no vuelve la normalidad a las calles y plazas de las ciudades catalanas, evitando que la actual anormalidad pueda beneficiar claramente a las opciones políticas de la derecha en toda España en las próximas elecciones generales.
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La presencia de disturbios no es sino una expresión de sectores minoritarios que es necesario aislar y frenar para preservar el carácter político de masivas manifestaciones pacificas. Estos disturbios nunca podrán justificar las actuaciones arbitrarias, desproporcionadas y represivas de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que han llegado a la agresión de ciudadanos o periodistas en el ejercicio de su libertad de expresión y protesta.
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El PCE denuncia que estos disturbios no justifican la connivencia de miembros de los cuerpos de Seguridad del Estado con los grupos fascistas que están acosando e incluso atacando manifestaciones autorizadas en diversos lugares de todo el país. Exigimos que el Gobierno investigue estos hechos y depure responsabilidades.
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El PCE hace un llamamiento a todas las personas demócratas, sea cual sea su posición en el conflicto, a asumir protagonismo activo para poner fin a la actual espiral de confrontación, evitando que las fuerzas de la derecha puedan beneficiarse electoralmente de ella el próximo 10 de noviembre. El avance de las fuerzas de la derecha que nunca han asumido la plurinacionalidad del Estado, o el giro del PSOE hacia posiciones neocentralizadoras, solo llevaran a una profundización de la actual confrontación.
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Frente a la incapacidad que los gobiernos del Estado y de Cataluña han mostrado hasta ahora para poner en marcha un diálogo que rebaje la tensión, y considerando la permanente actitud demagógica y alentadora del conflicto de las fuerzas de la derecha, extendemos este llamamiento a sindicatos y colectivos sociales que defienden la convivencia pacífica, el respeto a los derechos humanos y la salida negociada, para que asuman más protagonismo y encabecen el proceso que lleve primero a normalizar la situación y generar un clima de confianza y fraternidad entre los pueblos de España.
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El PCE y nuestro partido hermano en Cataluña, el PSUC viu, consideramos necesario acabar con esta situación de enfrentamiento para evitar que una vez más sea la clase obrera y las capas populares de Cataluña quienes acaben pagando las consecuencias.
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Finalmente, la crisis política catalana ha excedido el debate meramente independentista y está poniendo en evidencia las limitaciones y contradicciones del Régimen del 78, incapaz de garantizar la normal gobernabilidad.
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Nuestra propuesta está hoy más vigente que nunca: construir la III República de todos los pueblos de España, una república federal al servicio de la clase trabajadora y de los sectores populares.