El ejército turco ha perpetrado otra matanza, ahora en un merendero de Zajo, en el norte kurdo de Iraq, donde nueve turistas murieron, entre ellos niños, y treinta personas más resultaron heridas a causa de los bombardeos turcos. La masacre ha suscitado manifestaciones en Bagdad, Kerbala y otras ciudades iraquíes en protesta por los reiterados ataques del ejército turco. Iraq ha retirado a su embajador en Ankara y el primer ministro iraquí, Al-Kadhimi ha anunciado que su país responderá a los ataques turcos.
Turquía es un país miembro de la OTAN y Erdogan utiliza la excusa de las actividades del PKK, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, para reprimir con dureza a la población kurda en Turquía y para ampliar su zona de influencia en Oriente Medio. Ankara tiene destacamentos de su ejército estacionados en el norte de Iraq y en el norte de Siria, ocupando territorios y violando la soberanía de los dos países.
Turquía, que lanzó en abril de 2022 la Operación cerrojo, pretende controlar indefinidamente una franja de territorio iraquí y sirio a lo largo de varios centenares de kilómetros en las regiones del sur turco, impidiendo la actividad y dificultando la vida cotidiana de las comunidades kurdas y cristianas de la región, a las que bombardea con frecuencia.
El incremento de la violencia y de las matanzas perpetradas en la región por el ejército turco obedecen a las decisiones de Erdogan y su gobierno de aplastar a la población kurda y sus organizaciones políticas, y ampliar su influencia en todo Oriente Medio impulsando una agresiva política exterior que se sustenta en el pasado otomano. Al mismo tiempo, Turquía apoya la expansión de la OTAN en Europa, que ha causado la mayor crisis de los últimos años con el estallido de la guerra en Ucrania, y pretende aprovechar la petición de ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN (impulsada por Estados Unidos) para conseguir la complicidad de Helsinki y Estocolmo en la persecución y entrega de refugiados kurdos que se encuentran en esos países. Erdogan no está en contra de la ampliación de la OTAN, pese al despropósito y la amenaza del incremento de la tensión internacional que supone ese objetivo de la alianza militar occidental: solo pretende aprovechar la ocasión para aumentar la represión sobre el exilio kurdo.
El Partido Comunista de España, que rechaza la ampliación de la OTAN que Turquía está dispuesta a aceptar, condena con rotundidad la matanza causada por el ejército turco en Zajo; exige que su gobierno asuma su responsabilidad por la masacre, y demanda a la Organización de Naciones Unidas y a las principales potencias que hagan cumplir el derecho internacional y exijan la retirada inmediata de las tropas turcas de Iraq y Siria, el cese del apoyo de Ankara a las milicias islamistas que actúan en la región y el pago de indemnizaciones por las destrucciones causadas en los dos países vecinos.
La matanza de Zajo no puede volver a repetirse.