Tras el atentado terrorista contra la embajada cubana en Washington del pasado 30 de abril que el gobierno de Trump se ha abstenido de investigar y condenar, Estados Unidos, eligiendo el momento menos adecuado para remachar el clavo de la hipocresía y la mentira, ha incluido de nuevo a Cuba entre los países que, según su Departamento de Estado, no colaboran en el combate al terrorismo. Esa lista negra, de la que Cuba fue retirada en el año 2015, incluye a distintos países a quienes EEUU quiere señalar como cómplices de la infamia y el terror. Esto es en realidad otra señal más del naufragio de la justicia y la razón en Estados Unidos y de una colérica diplomacia que sólo sabe pisotear la dignidad.
La inclusión en esta lista implica que a los países bajo la Sección 40A de la Ley de Control de Exportación de Armas como "no cooperantes completamente" con los esfuerzos antiterroristas de Washingto, se les prohíbe la venta o licencia para la exportación de artículos y servicios de defensa a estos Estados. Además, la presencia injusta de Cuba en esta lista ha servido en otras ocasiones para intensificar la aplicación de las medidas financieras del bloqueo criminal que EEUU mantiene contra la isla. Estos hechos han derivado en un acoso y persecución a las transacciones financieras cubanas en el mundo, expresada en la negativa de bancos a operar con Cuba y en la imposición de multas multimillonarias a estos, lo que constituye una aplicación extraterritorial de las regulaciones de Estados Unidos.
El Departamento de Estado de Estados Unidos se permite acusar a Cuba de “no apoyar los esfuerzos de Colombia para asegurar la paz y la seguridad”, hecho que señala un paso más en la disparatada y mendaz política exterior del gobierno estadounidense, que no sólo recurre a la mentira sino que oculta la verdadera situación en ese país de América del sur donde escuadrones de la muerte y fuerzas gubernamentales cometen constantes asesinatos de los miembros de las FARC que optaron por apoyar el proceso de paz. Estados Unidos, que se inhibe ante esa aterradora cacería en Colombia sabiendo que el gobierno cubano apoyó desde el primer momento esos esfuerzos, sabe también que Cuba no organiza ni apoya a grupos terroristas en ningún país del mundo, y que ha sido con frecuencia víctima de ese terrorismo, casi siempre auspiciado por los propios servicios secretos norteamericanos, como el atentado organizado por mercenarios dirigidos por la CIA contra la aeronave de Cubana de Aviación que estalló en pleno vuelo matando a sus setenta y seis ocupantes. Miles de cubanos han muerto por ello en operaciones organizadas por Estados Unidos, e incluso algunos de sus diplomáticos han sido asesinados en las calles de Nueva York.
Que Estados Unidos, un país que utiliza grupos militares de operaciones especiales para ejecutar extrajudicialmente a personas en distintos países; que fue capaz de organizar una red de cárceles secretas en decenas de países de cuatro continentes, y de planificar la tortura de decenas de miles de personas tras las guerras que impuso, un país capaz de instruir a sus militares en la práctica de la tortura contra prisioneros indefensos; que bombardea poblaciones civiles en Oriente Medio y dirige a miles de kilómetros de distancia drones capaces de exterminar a quien se señalado como objetivo del Pentágono desde la frialdad de las mesas de sus oficinas militares; un país que organiza y apoya golpes de Estado, como hizo en Ucrania, Thailandia y Egipto; que financia grupos terroristas para acosar a gobiernos molestos y conseguir objetivos políticos; que todavía mantiene la ilegal cárcel de Guantánamo, y que extorsiona a muchos países para que apliquen las decisiones de Washington y colaboren en su objetivo de dañar a la economía cubana, ese país se arroga el derecho a dar lecciones al mundo y de acusar a los demás de terrorismo.
Por todo ello, el Partido Comunista de España, reafirmando su solidaridad con el Gobierno y el pueblo cubano, hace público su absoluto rechazo a esas injustas acusaciones norteamericanas contra Cuba, y quiere, también, recordar que Estados Unidos, que recurre sistemáticamente al terrorismo de Estado y es capaz de iniciar injustificadamente guerras que destruyen muchos países, sigue comportándose como un Estado delincuente que no teme recurrir a la mentira y cometer la infamia de señalar a la digna Cuba.