Condenamos enérgicamente las deportaciones masivas de inmigrantes impulsadas por Donald Trump. Son una grave violación de los derechos humanos y una nueva muestra del racismo institucional y de su política neofascista. Criminalizar a las personas migrantes, profundiza la injusticia y el sufrimiento de quienes se ven forzados a abandonar sus países debido a las desigualdades y violencias estructurales generadas por el propio imperialismo estadounidense.
Además de una herramienta de opresión, este ataque, que afecta especialmente a comunidades latinoamericanas, es un acto de guerra ideológica contra los pueblos empobrecidos. EEUU, responsable en gran medida de las crisis políticas, económicas y sociales que obligan a millones a migrar, responde ahora con muros, redadas y deportaciones, perpetuando una lógica de explotación y despojo.
Hay que recordar que migrar es un derecho, que las fronteras no pueden convertirse en trincheras de odio, que ningún ser humano es ilegal y rechazar estas políticas inhumanas que violan el derecho internacional, los principios de solidaridad y los valores de justicia social.
Exigimos:
1. El cese inmediato de las deportaciones masivas y de cualquier política que atente contra los derechos de las personas migrantes.
2. El respeto a la dignidad, la vida y la libertad de los migrantes, así como su derecho a buscar mejores condiciones de vida.
3. Una respuesta internacional solidaria y coordinada que aborde las causas estructurales de la migración, incluyendo el cese del saqueo y las intervenciones imperialistas que destruyen los países de origen.
Reafirmamos nuestro compromiso con los derechos de los pueblos y las personas migrantes y nuestra lucha por un mundo en el que la solidaridad internacionalista sea la base para construir sociedades justas y libres de explotación.
¡Ni muros ni deportaciones! ¡Solidaridad con los pueblos y con las personas migrantes!