El reiterado recurso de Estados Unidos a la imposición de sanciones económicas contra distintos países, que ha venido aplicando como instrumento para asfixiar y derribar a gobiernos que no aceptan sus exigencias, ha creado serios problemas a la población de Estados como Siria, Venezuela, Cuba, Irán, la República Democrática Popular de Corea y otros. También Iraq, Yugoslavia, Birmania, Bielorrusia, Zimbabue, Sudán, Somalia, la República Democrática del Congo, Libia, Cosa de Marfil, Ucrania, Yemen, Líbano, Sudán del Sur, han sufrido en distintos momentos la presión y el ahogo de las ilegales sanciones norteamericanas, que se aplican gracias al control de Washington de los mecanismos bancarios internacionales, de su capacidad de veto en el Fondo Monetario Internacional y de su chantaje a otros países, singularmente de la Unión Europea, para que apliquen las decisiones estadounidenses. La inadmisible imposición internacional de leyes y disposiciones del gobierno norteamericano y su ilegal pretensión de que sean aceptadas y llevadas a la práctica por otros gobiernos, son una muestra más de su agresiva y belicosa política exterior, del recurso al más cruel imperialismo que desprecia la vida de millones de personas en el mundo.
El gobierno sirio acaba de pedir el fin de las sanciones impuestas a Siria por Estados Unidos y la Unión Europea, para poder hacer frente a la crisis pandémica del Covid-19; mientras que Venezuela, que solicitó una ayuda de cinco mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, ha visto rechazada su petición. Esa actitud del Fondo deja en evidencia la criminal política exterior de Estados Unidos que la hace posible, y muestra también la sumisión del FMI y de la Unión Europea a resoluciones arbitrarias e injustas cuyas consecuencias terminan pagando los pueblos. Esas decisiones hostiles no afectan sólo a Venezuela. Irán, gravemente afectado por el Covid-19, es también víctima de la extorsión y el sabotaje que Estados Unidos impone a países soberanos.
De acuerdo al derecho internacional, solamente el Consejo de Seguridad de la ONU dispone de la autoridad para imponer sanciones, siempre en consonancia con la Carta de Naciones Unidas y con el derecho de los pueblos a la paz, el desarrollo y la libertad que nadie puede arrebatarles. El derecho internacional rechaza la aplicación de sanciones económicas como una medida de guerra y acoso contra países en dificultades, así como el recurso al chantaje, el expolio y el recurso a la guerra económica para conseguir objetivos políticos. La evidencia de su patente ilegalidad debe llevar al mundo a exigir el fin de las sanciones norteamericanas. Esa política de Washington es también una flagrante violación de los derechos humanos, agravada hoy por la pandemia del Covi-19 que sufre el mundo, y contrasta con la actitud de China y Cuba, que están enviando equipos médicos y suministros sanitarios en solidaridad con diferentes países, para paliar las consecuencias de la pandemia.
El Partido Comunista de España, exige el levantamiento de las sanciones norteamericanas a Siria, Venezuela, Irán, Cuba y otros países, que no son más que una forma de extorsión y de guerra, condena la decisión del Fondo Monetario Internacional y le responsabiliza de sus posibles consecuencias; al tiempo que llama a la Unión Europea a levantar las sanciones que ha impuesto a distintos países y a poner fin a su lamentable sumisión a las decisiones de Estados Unidos. También, el Partido Comunista de España exige que la Unión Europea cumpla estrictamente con el derecho internacional y con los derechos humanos, y desarrolle una política de solidaridad y ayuda con países en dificultades.