Mostramos nuestra preocupación ante las noticias (que parecen estar confirmadas), sobre la intención del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del gobierno para privatizar las torres de control de siete aeropuertos del Estado (Palma, Tenerife Sur y Norte, Málaga, Gran Canaria, Bilbao y Santiago), en una iniciativa de profundo calado neoliberal que supondría la mayor privatización del control aéreo desde el nefasto gobierno de Mariano Rajoy.
No podemos volver a atrás en políticas, perpetradas por los diferentes gobiernos del bipartidismo, y con más ensañamiento por los del PP, que han resultado devastadoras para nuestra soberanía, para la clase obrera y los sectores populares, y que, además, han demostrado ser un estruendoso fracaso, tal y como ha quedado patente en la pandemia, donde las privatizaciones, externalizaciones y deslocalizaciones pasadas han causado una enorme dependencia económica, escasez de bienes necesarios y una ola de especulación e inflación desbocadas.
Por el contrario de lo que afirma el pensamiento neoliberal, las privatizaciones no representan una mejor eficiencia productiva y abaratamiento de los precios debido a una supuesta acción de la competencia, si no que significan una enorme concentración y reforzamiento del capital privado en la economía y la sociedad, a costa de despedir, recortar y segmentar plantillas, de una tremenda devaluación salarial y precarización de las condiciones de trabajo, del empeoramiento en la seguridad y la salud en el trabajo y del deterioro de los servicios públicos para la mayoría trabajadora.
Además, la dinámica que imponen las empresas privadas de abaratamiento de costes para aumentar sus márgenes gananciales también sacrifica la seguridad de los vuelos y aeropuertos, al acrecentar el grado de explotación de sus trabajadores y trabajadoras, reduciendo permanentemente los puestos de trabajo, subcontratando plantillas y aumentando los ritmos de trabajo. Esta nueva posible privatización en los aeropuertos va en detrimento del nivel de seguridad de los aeropuertos, los vuelos, las operaciones aeronáuticas y, por lo tanto, pone en peligro la vida de las plantillas y las personas usuarias, al situarlas por detrás de los beneficios económicos.
Los sectores clave de nuestra economía y los servicios públicos no pueden quedar en manos de empresas privadas, a expensas de la lógica capitalista de mercado y de la maximización de beneficios para una minoría. El PCE rechazamos de la forma más enérgica toda política de privatizaciones y recortes, y todavía más, en el caso de sectores y servicios públicos de carácter estratégico, que además precisan de altos niveles de seguridad para velar por la vida de las plantillas y las personas usuarias, como ahora se pretende con el sector de los aeropuertos.
Llamamos a toda la sociedad en general y a la clase trabajadora en particular a solidarizarse y respaldar las justas reivindicaciones y las movilizaciones obreras que convoque el sindicalismo de clase, así como emplazamos a todas las administraciones públicas, especialmente al gobierno central (ya que el 51% de AENA es propiedad del Estado), a defender la propiedad y la gestión pública del sector aéreo, a favor de los servicios públicos, del empleo digno y de calidad.
