Desde hace una semana la Administración Trump ha incrementado su acoso contra el Gobierno venezolano. La semana pasada puso precio a la cabeza del Presidente Maduro y de otros Altos Funcionarios del país, bajo una acusación contraria al derecho internacional, para anunciar después un despliegue de buques y portaaviones en la frontera marítima venezolana, con la intención de bloquear la ayuda que le llegue a Venezuela.
El colofón a estas medidas injerencistas ha sido la publicación de un "Plan de Transición" que no es más que otro intento de forzar la renuncia de un Presidente electo.
La Unión Europea ha anunciado este viernes, a través de su Alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, que apoya este "Plan de Transición", que vulnera la Constitución venezolana y la Carta de Naciones Unidas. La propuesta emitida por Estados Unidos además, se hace contra un país soberano y es un claro llamamiento a un Golpe de estado.
La presión de Estados Unidos contra Venezuela y en concreto este "Plan", no son más intentos de desviar la atención de la crisis del COVID-19 a la que tendrá que hacer frente la Administración Trump, tras la aplicación de políticas que anteponen la economía a la salud de la sociedad estadounidense. Sin olvidar que este próximo 3 de noviembre tendrán lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos y las encuestas no auguran un buen resultado para Trump, de ahí que el actual Presidente estadounidense busque mejorar esos resultados recrudecieron su política exterior de acoso contra Venezuela.
La Unión Europea debe tener voz propia y no una actitud servil hacia propuestas golpistas y hacia una política criminal, como es el mantenimiento de las sanciones, que no son más que otra forma de extorsión contra el pueblo venezolano y que además violan el derecho internacional humanitario, recogido en el Convenio de Ginebra de 1949 y en sus Protocolos Adicionales y que hace referencia al derecho a la atención médica ya sea en tiempos de epidemias, pandemias o conflictos armados.
La UE debería seguir el ejemplo de la Relatora de la ONU para Medidas Coercitivas Unilaterales, Alena Douhan, quien ha instado a los gobiernos que hacen uso de estas prácticas como parte de su política exterior, a levantarlas inmediatamente y unirse así a un espíritu de cooperación, multilateralismo y solidaridad frente al COVID-19.
Por todo ello el PCE:
- Se solidariza con el Gobierno de Venezuela y con su legítimo Presidente, Nicolás Maduro.
- Condena las continuas agresiones de Estados Unidos contra Venezuela.
- Condena la actitud de la UE ya que al ponerse del lado del Ejecutivo estadounidense, está colaborando en un llamamiento a dar un Golpe de estado contra un Gobierno legítimo, emanado de la voluntad popular, a través de las urnas.
- Exige que la Unión Europea cese su actitud servil, tenga voz propia y pida el levantamiento de las sanciones unilaterales de Estados Unidos impuestas contra Venezuela.