La Unión Europea puede abrir un peligroso enfrentamiento comercial con China si persiste en la idea de imponer desorbitados aranceles a los coches eléctricos chinos.
Al no alcanzarse en la votación del 4 de Octubre ninguna mayoría cualificada, la decisión final sobre la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos queda en manos de la Comisión Europea. Esto puede significar que, si nada lo impide, se harán permanentes las tarifas arancelarias aprobadas por la propia Comisión Europea, de manera provisional, desde julio.
En esta votación, cinco países, entre ellos Alemania, votaron en contra de los aranceles, España y otros once países se abstuvieron, mientras que diez naciones votaron a favor. Para bloquear la propuesta de Bruselas e impedir la consolidación de los aranceles necesitaba el apoyo de al menos 15 países que representaran el 65% de la población de la UE, por lo que las abstenciones se suman en la práctica a los “noes”.
En todo caso, la decisión final debe ser tomada antes del 30 de octubre, según las normas comunitarias, por lo que todavía se está a tiempo de frenar la imposición de aranceles desorbitados a los coches eléctricos chinos. Por todo ello, el PCE plantea que:
1- Este intento de imposición de aranceles a los coches importados de china responde a una decisión de carácter claramente político, como lo demuestra el hecho de que los coches fabricados en China se gravan con aranceles que se elevan hasta un 38,1%, que sumado al 10% establecido anteriormente, alcanza el 48’1%, mientras a los modelos de Tesla que se fabrican en Estados Unidos, la aplicación será de un 7’8, demostrando que es falso que esta medida se tome para proteger las empresas automovilísticas europeas, sino que obedece al sometimiento de la UE a la decisión de EEUU de incluir la Guerra Comercial contra China dentro de su estrategia de llevar al mundo a una nueva Guerra Fría que divida a la comunidad internacional en bloques de Estados enfrentados y desconectados entre sí.
2- Esta supeditación de la UE a la Guerra Comercial que EEUU trata de imponer contra China, es contraria a los intereses de la propia Unión Europea, en general y de España en particular porque, como señala la Empresa SEAT, en un comunicado emitido tras la votación de los 27 estados miembros de la UE, de mantener los aranceles al los coches eléctricos fabricados en China por empresas chinas, tendrá importantes consecuencias negativas para la industria europea en general y para la española en particular.
Según Seat, los nuevos aranceles sobre el Cupra Tavascan perjudicarán enormemente la estabilidad financiera de la empresa y podrían amenazar también los puestos de trabajo, porque esta decisión “podría llegar a provocar la interrupción de la producción prevista de 530.000 vehículos con motor de combustión interna en Martorell, el equivalente a 90.000 al año, lo que perjudicará la competitividad de España y de la Unión Europea”.
3- La toma de esta decisión repercutirá negativamente en las relaciones de la UE con China, retrasando el proceso de transformación económica de la propia UE, perjudicando los esfuerzos globales conjuntos para combatir el cambio climático, al tiempo que violan gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio, alterando el orden comercial internacional.
Por ello, demandamos que el Gobierno de España utilice todos los medios a su alcance para frenar que a final de octubre la UE consolide la decisión de supeditar su política industrial a los intereses de EEUU y se active el desarrollo el acuerdo de asociación firmado en 2003 entre la UE y China.
