EL 24 de febrero se cumplió un año del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Los últimos anuncios rusos retirándose del acuerdo de control armamentístico NEW START y la lluvia de millones en material ofensivo anunciada por EEUU alejan la posibilidad de una resolución rápida del conflicto.
Alimentar la guerra supone prolongar y agravar las consecuencias humanas -miles de muertos y más de ocho millones de desplazados-, económicas -crisis inflacionaria y aumento en el coste del nivel de vida- y políticas -auge de las tensiones entre grandes potencias y consolidación una nueva “Guerra Fría”-. Algo que no podemos permitir.
El Partido Comunista de España (PCE) ha reiterado su rechazo a la invasión rusa, al irresponsable y peligroso expansionismo de la OTAN y a la supeditacion y falta de posición autónoma así como la dependencia estratégica la UE. Frente a quienes siguen alentando este horror, hemos llamado insistentemente que se construyan las condiciones necesarias para que se alcance un alto el fuego que posibilite un dialogo honesto y sincero entre las partes que ponga fin a la guerra y a la escalada internacional que estamos viviendo.
En este sentido, saludamos la Propuesta de China para solución política a la crisis en Ucrania por proponer un marco, no solo deseable sino también plausible. El documento, hecho público hoy coincidiendo con el primer aniversario de la guerra, propone doce puntos que deben servir de guía para alcanzar la paz y redefinir las relaciones internacionales apostando por la cooperación frente a la competición.
El PCE suscribe el llamado inmediato a Rusia, Ucrania y al conjunto de la comunidad internacional al respeto a la soberanía de los países, el abandono de la mentalidad de Guerra Fría, el cese de las hostilidades, la reanudación de las conversaciones de paz, resolver la crisis humanitaria y proteger a civiles y prisioneros, reducir los riesgos estratégicos incluyendo la contención militar, acabar con las sanciones y promover la reconstrucción postconflicto.
Seguimos defendiendo la mediación internacional y ponemos en valor el potencial de Naciones Unidas como mejor garantía para la paz, debiendo jugar un papel protagonista en la resolución de esta y todas las guerras.
Por un alto el fuego inmediato, el inicio de conversaciones de paz y la construcción de un orden internacional más justo que ponga en el centro la soberanía de los pueblos.