“OTAN no, bases fuera” fue el eslogan elegido en los años 80 por decenas de organizaciones y ciudadanos en España ante la posible entrada del país en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). A pesar de la movilización social, el resultado es conocido hoy en día: España terminó entrando en la Alianza Atlántica en mayo de 1982 y, tras un referéndum en el que ganó el “SÍ”, inició su participación en todos los comités, a excepción de la estructura militar, en 1986. Décadas después, se vuelve a escuchar la consigna de “OTAN no” ante una posible contienda entre EEUU, la OTAN y Rusia.
En este turbulento contexto, se cumplen 36 años de la fundación de la Plataforma Cívica por la salida de España de la OTAN, una agrupación en la que participaron diversos partidos, sindicatos y organizaciones contrarias a la permanencia de nuestro país en la Alianza Atlántica. En la mesa de la asamblea de su constitución, se encontraban: el ex comandante Luis Otero de la Asociación Pro Derechos Humanos, el mítico sindicalista Marcelino Camacho de CCOO, Enrique Curiel del PCE y Gregorio López Raimundo del PSUC, entre otros.
El 25 de enero de 1986 se constituyó una plataforma que, según afirmaban en su declaración política, era consciente de que el Referéndum que pedían era “un acontecimiento político cuya significación desbordada ampliamente el ámbito estricto de la
política exterior y de defensa”. Las movilizaciones que convocaba llenaban calles y plazas, con titulares afirmando la asistencia de más de 100000 personas a los actos por el “no”. Sin embargo, lo más reseñable de la Plataforma Cívica fue su “vástago”: el 27 de abril de 1986 se constituía Izquierda Unida al calor de las movilizaciones de la Paz y contra la OTAN.
Sin embargo, casi 40 años después, la necesidad de una política de paz se vuelve a sentir latente. En los medios de comunicación se repite una “posible ocupación de Ucrania por parte de Rusia”, mientras EEUU y la OTAN aumentan su despliegue militar en la frontera con el país ruso. El gobierno norteamericano pone en marcha así su maquinaria de guerra, eso pretende. Según el PCE, “desde la disolución del Pacto de Varsovia y los acuerdos con Moscú de 1997, la OTAN, incumpliendo sus compromisos, ha forzado cinco oleadas de ampliación incorporando a catorce nuevos países: la expansión hasta las fronteras rusas supone instalar armamento táctico en las puertas de Rusia, lo que no contribuye precisamente a la estabilidad y la paz en Europa y en el planeta”.
España vuelve a tener un papel importante, con numerosas formaciones políticas de izquierdas pidiendo la paz, la desescalada y la diplomacia para solucionar el conflicto y evitar una guerra, de nuevo, en Europa. Así lo demuestran hasta 8 partidos en un Manifiesto por la Paz, publicado el pasado 21 de enero, donde llaman a la UE a “evitar verse arrastrada y formular propuestas concretas de desescalamiento que eviten un conflicto que perjudique gravemente a Ucrania y a toda Europa”. Las organizaciones firmantes son: Podemos, Izquierda Unida, En Comú Podem, Alianza Verde, Bildu, BNG, CUP, Más País y Compromís.
La próxima cumbre de la OTAN se celebrará en España, los días 29 y 30 de junio. El Partido Comunista de España, que continúa defendiendo la salida de España de la OTAN por ser una maquinaria de guerra al servicio de los grandes capitalistas, mostró su rechazo a la celebración de la Cumbre de la OTAN en España. Algunas organizaciones preparan ya lo que será la “contracumbre” de Madrid, donde probablemente vuelvan a escucharse aquellos lemas de “¡OTAN No, Bases Fuera!”.
