Otro año más, reivindicamos la lucha que se conmemora por los altercados del pub de Stonewall en 1969, así como todas las luchas diarias para que las personas LGTBI tengamos el derecho a ser quienes somos sin ningún tipo de violencia ni criminalización.
Nos encontramos en un contexto en el que la violencia hacia de la diversidad LGTBI sigue vigente y en aumento, como se puede constatar con las distintas reformas legislativas en Europa (el caso más reciente, en Hungría), en la que la extrema derecha encabeza esta criminalización, apuntándonos como diana para su agenda regresiva de derechos no solo al colectivo, sino también al feminismo y cualquier tipo de derechos sociales y laborales. Este señalamiento se traslada en un aumento de la violencia, encontrándonos en España, país en principio con uno de los mayores avances en este tipo de derechos, un repunte de las agresiones que ya se mantiene desde el año pasado, recordándonos que las calles tampoco son seguras para las personas LGTBI.
Según datos del Ministerio del Interior en 2018 y 2019, los delitos por orientación sexual o identidad de género son la tercera causa de delitos de odio, y la segunda que más crece, tras el racismo. A pesar de la infradenuncia de este colectivo, ya que solo un 11% de las victimas denuncian ante la policia ataques fisicos o sexuales, estas han supuesto el 16,2% de las denuncias recogidas por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.
Los discursos de odio hacia las personas LGTBI crecen y alcanzan gran virulencia en las redes sociales, segun datos de 2018 de la Comisión Europea el 19,3% del delito de odio on-line es por orientación sexual o identidad de género.
Un alto porcentaje de las las personas LGTBI ocultan total o parcialmente su orientación sexual, su identidad de género o su realidad familiar en el ambito laboral por miedo a la discrimación, a la perdida de oportunidades e incluso a la perdida de empleo. No hay que olvidar que la violencia hacia el colectivo LGTBI es fundamental para el sustento de la alianza entre el capitalismo y el patriarcado, al poner en cuestionamiento la división sexual del trabajo y la familia nuclear monógama y heterosexual, que sirve de base para la reproducción de la mano de obra funcional que será explotada tanto por el patriarcado como por el capitalismo.
Violencia no solo son las agresiones verbales o físicas, sino que se alimenta de la desigualdad estructural y material que sufre el colectivo y que conlleva en muchos casos una exclusión social, laboral y económica, siendo uno de los ejemplos más visibles el colectivo trans. Una gran mayoría sufre paro, ostracismo social, violencia, prostitución, una esperanza de vida que en muchos países no llega a los 40 años, patologización y una altísima tasa de intentos de suicidio.
En este sentido, señalamos el paternalismo y los falsos apoyos de ciertos sectores que, aparentemente favorables a nuestros derechos, se oponen a reformas para que, como en el caso de las personas trans, se las deje de tratar como enfermas mentales, obligándolas a
hormonarse forzosamente para poder desarrollar su propia vida. La criminalización, hostigamiento e instrumentalización de los derechos de las personas trans con tal de mantener la hegemonía dentro del movimiento feminista ha generado grietas que será necesario reparar
con las luchas diarias y el enemigo común de la violencia patriarcal que afecta tanto al colectivo LGTBI como al feminismo.
Nuestro país tenia una deuda con las personas LGTBI. Por fin y gracias a la lucha del movimiento y a la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno, tendremos una ley donde las personas trans dejaran de ser consideras enfermas en España, las mujeres lesbianas podran formar su familia en igualdad y se prohibirán las terapias de conversión.
La lucha por los derechos LGTBI forma parte integral de la lucha contra el sistema patriarcal y apela directamente a la cuestión laboral, educativa, de salud, etc. Nuestra experiencia se ve oprimida por varios ejes como la clase, el origen/etnia, la orientación sexual. Profundizar sobre las diferentes formas de opresión y visibilizar las distintas realidades no solo enriquece el análisis
y la estrategia de lucha sino que es un elemento indispensable para la emancipación de todas las personas.
El PCE estará presente y participará en las manifestaciones convocadas para celebrarar el orgullo 2021. Los derechos humanos y las libertades, requieren leyes que los regulen, el PCE comparte con el movimiento LGTBI que no son deseos lo que se regula sino derechos. Seguiremos luchando y manifestándonos en las calles.
